"Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás." René Descartes.

sábado, 2 de mayo de 2015

Burbujas.

Dieciséis burbujas chocan unas con otras en el salvapantallas del ordenador. Casi puedo oír ese sonido invisible que se dibuja en mi cabeza automáticamente cada vez que rebotan entre sí.

Boing.
Boing.
Boing.

Al cabo de un rato se cansan y la pantalla muere, hundiéndose en el negro uniforme.
Aparezco reflejada al instante, bolígrafo en mano y con el ceño fruncido. Llevo veinte minutos peleándome con los ejercicios de estadística y con mi indecisión.

Me vuelvo a preguntar:
"¿Qué harías si no tuvieras miedo?"

E inmediatamente obtengo mi respuesta.

Muevo levemente el ordenador y las burbujas vuelven a aparecer. Me recuerdan a las personas, vagando por la vida sin saber muy bien qué dirección tomar, impulsadas únicamente por la inercia de haberse chocado con otra burbuja.

Fuera sopla el viento y se está muriendo el día.
Habrá que echarle cojones al asunto. 

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