"Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás." René Descartes.

lunes, 15 de julio de 2013

Melodías de tinta.

Los escritores sólo plasmamos en el papel lo que no somos capaces de decir con la voz. Sólo se puede conocer realmente a un escritor leyendo lo que escribe, adentrándose en sus pensamientos más profundos, apartando las cortinas de la retórica y descifrando entre líneas. El día que descubrí que podía jugar con las palabras, mi pluma se convirtió en mi mejor amiga y la melodía de mis historias en la banda sonora de todos los personajes a los que he dado vida. Lo que siente un escritor por sus personajes es lo mismo que siente un músico por una de sus canciones.

Los escritores y los músicos estamos todos malditos. El arte nos mata y nos da la vida. Así como las palabras tienen que tener cierta melodía para que sean agradables al oído, la música va acompañada de versos salidos directamente del espíritu y la mente de los músicos. La música es poesía, y la poesía no podría existir sin la música.



Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojala, está ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás.”
Joaquín Sabina.

La música de un escritor es el crepitar de la leña al fuego, el rasgueo de la púa sobre las cuerdas de la guitarra o una voz cuyo timbre todavía suena en los recovecos del subconsciente. La imagen del otoño asomando por la esquina de un libro, el olor del papel que lleva años en la estantería o el repiqueteo de la lluvia de noviembre contra el cristal es la inspiración de cada día. Nuestro aliento. Las curvas imposibles de la clave de sol, la luz de las farolas cuando no nos vemos ni a nosotros mismos o la nube de vapor que se escapa de nuestros labios en las mañanas de frío.

Todo eso es música. Y todo eso es inspiración.


Paula D. 

1 comentario:

  1. Esto es muy bueno. ¡Qué buena forma de "escribir música"!. Me ha encantado, deberías escribir más!

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